Declaración a los medios del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas al concluir su visita a El Salvador
San Salvador, 17 de agosto de 2012.
"Estoy concluyendo mi visita a El Salvador en mi capacidad de Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. Desde el 13 de agosto, he llevado a cabo una serie de reuniones con representantes de varios ministerios e instituciones del Estado salvadoreño y representantes de pueblos indígenas, tanto en San Salvador como en los municipios de Sonsonate, Izalco, Nahuizalco, Panchimalco, Cojutepeque y Cacaopera.
"Quisiera agradecer al Gobierno de El Salvador por su amable invitación al país y por la excelente cooperación que me ha brindado durante la visita. Además, quisiera agradecer al sistema de las Naciones Unidas en El Salvador por su colaboración imprescindible, y a los representantes de los pueblos indígenas en El Salvador quienes compartieron sus historias conmigo.
"Durante las próximas semanas estaré revisando la información que he obtenido durante la visita para elaborar un informe que evaluará la situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas en El Salvador y que incluirá una serie de recomendaciones al respecto. Este informe se hará público y será presentado al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Espero que el informe contribuya a la búsqueda de soluciones por parte del Gobierno de El Salvador y de los pueblos indígenas a los varios desafíos que enfrentan los pueblos indígenas en el país.
"En anticipación a mi informe, ofrezco ahora algunas observaciones preliminares.
"Durante mi visita he podido conocer los diversos puntos de vista de los pueblos indígenas y de los representantes del Gobierno sobre los alcances y desafíos que existen en relación con los derechos de los pueblos indígenas en el país, en particular los pueblos Náhuas, Lencas, Pipiles y Kakawiras.
"He visto que todas las partes coinciden que los pueblos indígenas en El Salvador han sufrido en el pasado serias violaciones de derechos humanos y que el efecto de estas violaciones continúan manifestándose en combinación con condiciones generalizadas de desventaja en el presente. En casi todas las reuniones que sostuve con representantes de pueblos indígenas, se hizo mención de la masacre infame de 1932, en la cual miles de personas indígenas fallecieron a manos de efectivos del ejército. En Izalco pude pisar el terreno en que ocurrió una de las matanzas de este episodio y ver algunos restos humanos que no lograban quedarse enterrados en la fosa común en ese lugar.
"La matanza de 1932 marca una política de opresión hacia los pueblos indígenas que luchaban por sus derechos así como una política del entonces y gobiernos sucesivos de abolir a la identidad indígena. El terror causado por la matanza siguió viviendo en la memoria colectiva de los pueblos indígenas junto con décadas de marginación y la negación de la práctica de los pueblos indígenas de sus lenguas y de las otras manifestaciones de sus culturas diferenciadas.
"En 1983 en la comunidad de Las Hojas, municipio de San Antonio del Monte, durante el conflicto armado de ese mismo periodo, fueron masacrados mas de setenta personas indígenas indefensas. Varios ancianos indígenas me dijeron que lo ocurrido en Las Hojas hizo recordar la masacre de 1932 y que ser un indígena era un delito.
"La opresión histórica de los pueblos indígenas y la supresión de sus manifestaciones de identidad indígena ha llevado a la pérdida a gran escala de aspectos importantes de esa identidad y de muchas de las riquezas culturales y humanas que incorpora. Esa pérdida abrió una herida que sigue aún sin sanar, una herida que se representa con las expresiones populares de que en El Salvador ya no existen pueblos indígenas.
"Sin embargo, los mismos pueblos indígenas han hecho sentir su sobrevivencia en el país. Tomo nota también los pasos recientes del Gobierno en reconocer a los pueblos indígenas y avanzar en el respeto a sus derechos como tales.
"Un paso importante ha sido el pedido de perdón del Presidente en nombre del Estado salvadoreño por ‘el exterminio y la persecución de los que han sido victimas los pueblos indígenas’ del país a los largo de la historia. Además, el Presidente declaró a nombre del Estado el reconocimiento de ‘El Salvador como una sociedad multiétnica y pluricultural.’ Me consta que vinculado a este reconocimiento se ha establecido una serie de iniciativas para abordar las cuestiones indígenas en las diferentes instituciones del Estado.
"No obstante los importantes esfuerzos del Gobierno para reparar la histórica marginación de los pueblos indígenas en El Salvador, es más que evidente que estos pueblos siguen sufriendo la pérdida de conocimiento cultural y de la capacidad plena para manifestar su identidad y ejercer los derechos correspondientes. Esta pérdida se suma a las condiciones de extrema pobreza y marginalización que caracterizan a los sectores más desventajados del país.
"Observo por lo tanto la necesidad de que el Estado impulse acciones más concretas de las existentes, orientadas al rescate de las manifestaciones culturales como la lengua y las tradiciones ancestrales y su incorporación en los sistemas de protección social, en particular los referidos a salud, educación, los programas de asistencia económica para el crecimiento productivo, así como los programas de tenencia de tierra, que deben ser acordes a patrones culturales y necesidades de los pueblos indígenas.
"Además, es necesario apoyar a los pueblos indígenas a rescatar y fortalecer sus propias formas de organización, instituciones representativas y mecanismos de toma de decisiones que les permitan gestionar los asuntos que les interesan a nivel comunitario. Asimismo se deben establecer mecanismos de participación de los pueblos indígenas en los espacios de toma de decisiones del Estado a través de sus propias instituciones representativas. Al respecto se deben establecer mecanismos para consultar con los pueblos indígenas sobre cualquier proyecto de desarrollo, leyes o decisiones administrativas que puedan afectarles.
"Para poder superar la dolorosa historia de los pueblos indígenas en El Salvador y avanzar hacia un futuro en el cual ellos puedan mantener sus culturas y desarrollarse de acuerdo con sus propias aspiraciones, es necesario asegurar que los pueblos puedan acceder a las oportunidades de otros actores de la sociedad salvadoreña, en condiciones de igualdad y sin discriminación. Esto incluye oportunidades para el acceso a la educación, el empleo y la justicia, especialmente la justicia para las mujeres indígenas que sufren actos de violencia.
"Tomo nota de la reciente aprobación de la reforma a los artículos 62 y 63 de la Constitución de la República referido a la protección de las lenguas autóctonas, la riqueza artística, histórica y arqueológica, por parte de la Asamblea Legislativa 2009-2012 que reconoce a los pueblos indígenas y adopta políticas a fin de mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión y valores de espiritualidad. Al respecto, considero importante proceder a la requerida ratificación de esta reforma por la Asamblea Legislativa actual, de acuerdo a los procedimientos establecidos por la Constitución. Esta enmienda constitucional ayudaría a impulsar las acciones mencionadas anteriormente para la protección de los derechos de los pueblos indígenas.
"Igualmente considero que es importante avanzar con la ratificación del Convenio No. 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, que sería una herramienta complementaria para la ejecución de la enmienda constitucional y la protección de los derechos de los pueblos indígenas en El Salvador.
"Finalmente, hago hincapié en la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada en 2007 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el voto afirmativo de El Salvador y la gran mayoría de los países del mundo. Esta Declaración, que consagra una serie de derechos de los pueblos indígenas basados en la libre determinación e igualdad, reafirma la necesidad del Estado salvadoreño de tomar acciones para reparar el daño sufrido por los pueblos indígenas a lo largo de su historia, y debe ser acatada en la elaboración e implementación de todas las acciones orientadas a ese fin."
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